Con los siguientes ensayos pretendo examinar la forma, en perspectiva histórica siempre, por la que se instaura el modelo capitalista en lo que hoy conocemos como el Estado de España. El cambio de modelo no fue algo fácil, ni mucho menos.
Sin embargo, identifico dos fallos principales de la historiografía convencional u “oficial” que me motivan a realizar este esfuerzo de recopilación y de redacción.
El primero de los fallos es asumir que el cambio al capitalismo (en esta parte introductora, me referiré más bien a la versión política, el liberalismo) fue un cambio espontáneo, pausado, popular, y que se hizo motivado porque la ciudadanía quería que el modelo o el sistema cambiara. Los hechos históricos demuestran que eso no es así, por tanto, el siguiente paso es preguntarse ¿por qué los ciudadanos castellanos no querían un cambio de sistema? ¿Qué tuvo que ocurrir para que al final, éstos si aceptaran y legitimaran el cambio de sistema?
El segundo de los fallos, es separar la historia, de la política, y de la economía, cuando es un único cauce, son distintas piezas, si, pero del mismo rompecabezas que conforman los hechos, que deben ser examinados siempre para entender el presente y el mundo en donde vivimos.
Antes de meterme en frondosos asuntos, creo que es importante que definamos lo que entendemos por SISTEMA o por MODELO, pues constantemente aparecerán estos términos en mi exposición. Por sistema, se entiende una forma de organización política, económica y por ende social de un territorio.
Cada sistema tiene su particularidad, cada sistema prioriza sus objetivos y el orden social para el que se le creó. Por ejemplo, el capitalismo prioriza la rentabilidad económica, la eficiencia de los recursos lo que permite generar mayor riqueza.
El comunismo, otro sistema, prioriza la colectividad, la razón de Estado con la disculpa de que éste encarna a toda la sociedad. Por tanto, el sistema comunista no prioriza la eficiencia de los recursos, sino a la sociedad y a su Estado.
Son sistemas muy distintos, por tanto implican formas de organización política y económica muy distintas.
DATOS PREVIOS AL ESTADO ESPAÑOL y CONTEXTO
Uno de los hechos fundamentales de la historia de España es el reinado de los reyes Católicos. Todos conocemos las enormes hazañas que éstos emprendieron, pero me gustaría enfocar más la forma de constituir el poder político que tuvieron.
El reino de Castilla, que se en fraternaba con la Corona de Aragón tras este matrimonio, fue el reino pionero en el mundo en constituir lo que se llama el Estado Moderno (referido así por la Edad Moderna).
Escudo de la unión de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón.
Ambos reinos, formaron el primer Estado moderno del mundo conocido.
El Estado moderno constituía el fin de un sistema, el feudalismo, y el paso a un nuevo sistema algo difuso que no entraré en detalles, al menos de momento.
El Estado moderno representaba y maximizaba el poder de los reyes. Hasta entonces, las Coronas firmaban acuerdos con la nobleza para establecer vínculos de vasallaje con la población. En el Estado moderno quedaba todo el territorio unificado a las órdenes del rey en cuestión, el cual pasaba a tener el poder supremo dentro de ese Estado, y establecía el ordenamiento social que él impusiera.
No sólo eso, el Estado moderno incorporaba instituciones como las Cortes, que servían como concejo entre notables y el rey. El Estado moderno implicaba unos tribunales de justicia, en donde se aplicaban las leyes que el rey y las cortes habían sancionado. También implicaba una burocracia, muy débil, pero que empezaba a nacer con el fin de mejorar la comunicación, la toma de decisiones, o la tributación.
A mi no me cabe la menor duda, esta nueva forma de organización ES MUCHO MÁS EFICIENTE desde el punto de vista de la gobernación de un territorio. Esta eficiencia añadida que consiguen inéditamente en el mundo los reyes católicos, son los que permiten a Castilla extender su zona de influencia y luego su imperio por el continente americano y europeo. La recaudación de impuestos mejora, lo que permite armar más y mejor tropa. La fiscalización y el control a través de la ley mejora el conocimiento sobre el terreno, sobre lo que ocurre en el Estado, y permite tomar a los reyes decisiones con mayor información, con más precisión y por tanto, optimizando su poder de gobernación.
Dominio de la “Monarquía Hispánica” en Europa.
Territorial y militarmente se demuestra, que la constitución del Estado moderno
Otorga enorme ventaja a Castilla y Aragón.
El nuevo Estado explora “el nuevo continente” y es el primero en cartografiar América. Bajo la forma de organización política anterior, resulta
difícil pensar que se hubiese llegado a tal logro.
Tanto en economía como en política, las ventajas consiguen posicionarnos en puntos mejores con respecto a los demás. Al igual que una empresa innovadora, la monarquía hispánica constituye el Estado moderno que le permite una hegemonía mundial durante casi 120 años, el conocido como “Siglo de Oro español”. Sin embargo, las distintas monarquías y naciones europeas, realizaron maniobras parecidas para constituir sus propios Estados y maximizar el poder de sus reyes, de esa manera conseguir más influencia, más riqueza, y más poder militar, comenzaría entonces, la fase precapitalista, o la FASE MERCANTILISTA, que cubre casi toda la Edad moderna en la mayoría de países europeos.
La Corona “española” sin embargo, confío excesivamente en las ventajas que le daba el Estado moderno, cuando monarquías como Inglaterra ya configuraban un sistema alternativo en el siglo XVIII. El modelo castellano, por tanto, cae por su falta de innovación ya en el siglo XVII, cuando es superado por otras naciones como Holanda o Inglaterra, países que crearon su propio Estado y configuraron un sistema bastante ambicioso.
Llegado el siglo XVIII la mayoría de naciones europeas no sólo habían constituido un Estado moderno mercantilista, sino que habían enfrentado su Estado con los demás, originando sangrientas guerras que habían devastado el continente. Ante ese panorama, Inglaterra decide darle una vuelta de tuerca más, y transforma gradualmente el que era un Estado moderno, en un Estado liberal, embrión de lo que luego será un sistema capitalista en toda regla.
No hace falta decir que esta invención, le proporcionó una ventaja notable que aprovechó invadiendo nuevos territorios, sometiendo a distintas naciones y venciendo en distintas batallas a sus tradicionales enemigos: España, Francia u Holanda.
FASES PARA EL LIBERALISMO ESPAÑOL
Siguiendo la exposición que he realizado, puede deducirse que el atraso de España ya en el siglo XVIII y XIX se le atribuye a la falta de renovación de su organización política y económica.
El país logró enorme esplendor con la constitución del Estado moderno, pero dos siglos más tarde Inglaterra constituía el embrión del Estado liberal, liberal-capitalista, lo que le otorgó una ventaja absoluta sobre sus rivales, el resto de naciones europeas.
En cierta manera, ésta constituye una explicación a la hegemonía británica a partir del siglo XVII-XVIII.
En España el proceso de transformación al Estado liberal fue duro, difícil y como se mencionó, tardío. Sin embargo, sin esa transformación España hubiese quedado relegada y probablemente, destruida por sus enemigos.
La clase gobernante española conocía de las desventajas de un sistema obsoleto y débil, pues la decadencia del Imperio es evidente ya en el siglo XVII (áquel siglo hubieron más de 8 bancarrotas de la Hacienda, por ejemplo), sin embargo nunca hizo una reforma tan decidida como Inglaterra, o después Francia. Sólo cuando las tropas napoleónicas ocupan militarmente España, las clases dirigentes se replantean el sistema político y económico del país. A partir de ahí, no había vuelta atrás: era necesario adaptarse a los nuevos tiempos y hacer de España un país liberal, para generar el nuevo sistema capitalista.
Las fases que sigue España para modificar el sistema pasado, e implantar el nuevo sistema liberal son las siguientes.
1) FASE INTRODUCTORIA: Finales del siglo XVIII – 1860/70
Esta fase incluye desde los postulados teóricos de Jovellanos, a finales del siglo XVIII, hasta la Constitución de Cádiz de 1812, en donde España se confirma y se reafirma finalmente como un Estado liberal, comprometido con dicho proyecto.
Esta es la fase del crecimiento económico y de la reordenación jurídica, social, política y militar del país para establecer las condiciones mínimas y BÁSICAS para el desarrollo del capitalismo
La fase introductora durará hasta después de la I República, en cuando se llega a pensar que el nuevo sistema lo único que ha generado es caos al país.
2) FASE DE AMPLIACIÓN: 1870 – 1923.
Esta fase se extiende desde la Restauración monárquica de Alfonso XII hasta el golpe militar de Primo de Rivera en 1923. En esta fase se produce el proceso de ampliación, a toda la nación, de las condiciones liberal-capitalista, así como se refuerzan los mecanismos policiales, jurídicos, y de infraestructuras, en suma, los mecanismos de control.
Pero no sólo esos, los mecanismos de inclusión son los más numerosos de esta época, con la propagación de sindicatos, el voto universal masculino, los partidos obreros o la prensa de masas. De todo ello resulta mayor legitimación del sistema y una extensión del mercado, así como una fase muy débil de industrialización, lo que lleva a algunos economistas a decir que esta es la fase de desarrollo.
3) FASE DE IMPOSICIÓN Y CONSOLIDACIÓN: 1923 – 1975
4) FASE DE CAPITALISMO AVANZADO, MODERNO Y DESARROLLADO: 1975 en adelante.
Continuará