Tras meses de investigación, y estas últimas semanas algo más exhaustiva, pretendo demostrar como la geografía y el clima son totalmente determinantes para el desarrollo de un país.
No debemos confundir desarrollo con crecimiento económico. El desarrollo lleva al bienestar de las personas, el crecimiento económico puede que no.
Los países, mientras más cerca se encuentren de la línea del Ecuador, más posibilidades tiene de ser un país con escaso desarrollo humano. Más allá de la explotación, de la corrupción, o de los múltiples factores que hayan llevado a ese país al subdesarrollo, está un clima y una geografía, que ha condicionado a sus personas y éstas, a través de sus comportamientos, han condicionado una economía.
Otro elemento muy importante es la universalidad de los modelos.
El neoliberalismo, modelo universalizado, presupone que los seres humanos y sus necesidades son homogéneas alrededor del globo, y propone unas soluciones partiendo de esa base.
Si la base es errorea, las soluciones también... y por ello, nos encontramos que muchos países, crecen económicamente y no se desarrollan.
Análisis de la economía mundial
y su relación con el entorno y la geografía
A pesar de que “conocemos” como lograr el crecimiento económico, y éste, luego conducirnos al desarrollo, existen en el mundo miles de millones de personas que viven en la pobreza y que carecen de alimentos básicos. No sólo eso, en miles de millones, se cuenta también, las personas sin acceso a la sanidad, a la educación, a una correcta higiene, a un consumo básico de alimentos, a un consumo básico y de calidad de agua… en conclusión, a todo eso que nosotros llamamos “desarrollo básico”… unas condiciones de vida mínima, que en Occidente ya nos parecen “malas” debido a la sobresaturación de bienes y servicios que existen en nuestra sociedad.
Si conocemos la manera para hacer crecer la economía ¿por qué no somos capaces de enfrentarnos a estos problemas? Porque realmente, no conocemos lo que le conviene a cada uno de los países, sociedades y pueblos de esta planeta. Creemos creer, que con medidas y acciones, que han dado buenos resultados en determinadas zonas de planeta, pueden ser aplicadas en otras con los mismos resultados. Lógicamente, es ser muy ingenuo el pensar así.
Durante todo el siglo XX, los países parecieron buscar sus propios métodos de crecimiento económico, hasta que en los años 80, producto de un “shock” en las economías más débiles, los países entonces más avanzados, deciden hacer un ideario sobre que deben hacer éstos, si quisiesen parecerse al mundo más avanzado. En la formulación de estas políticas está la sentencia de muchos países, que no han visto otra cosa mas que aumentar su pobreza a medida que conservan sus patrones demográficos de alto crecimiento, y por tanto, más pobreza; aun teniendo su economía tasas de crecimiento altas (entorno al 5 – 8% anual).
Dejando a un lado que las políticas ideadas, en los años 80, para la aplicación en los países menos avanzados sirven para mantener un control y una dependencia mayor sobre los países más débiles (debido sobre todo, al tema de las importaciones y las exportaciones), resulta llamativo que el desarrollo humano (es decir, en los países donde las personas disfrutan de una mayor satisfacción de sus necesidades básicas) se distribuya de manera lejana a la línea del Ecuador, y parece que este desarrollo es incompatible con algunos climas. ¿Qué quiere decir esto? Supone que el desarrollo ha sido incompatible también, con culturas, religiones, sociedades, pueblos o hábitos que no han logrado conseguir su desarrollo; ni con las prácticas que han llevado a lo largo de la historia, ni mucho menos, con las políticas teorizadas por Washington para promoverlo.
Entonces ¿por qué el desarrollo no acompaña a determinadas zonas, sociedades o pueblos? ¿Por qué, si durante una serie de años, se tomaron políticas similares en muchos países (como la industrialización por sustitución de importaciones), unos se desarrollaron y otros no? Sin duda, aquí ya no podemos achacar las consecuencias a unas malas decisiones, ya que en teoría, todos las tomaron de manera parecida. La diferencia, radica principalmente, entre la situación del país en cuestión y como ésta ha influido en los comportamientos de las personas.
Galbraith, célebre economista preocupado también por la economía política y la sociedad, decía.: “Si marcamos una franja de 3.000km. de ancho en torno a la Tierra a la altura del Ecuador, no se vería ningún país desarrollado”
HIPÓTESIS – IDEA
Si apreciamos un mapa del mundo, y lo miramos en términos per cápita (ya sea PIB, pero también consumo de agua, electricidad, médicos, etc…), se aprecia como los países “avanzados” se hayan principalmente, en la zona templada del planeta y también en zonas más frías.
Las zonas menos desarrolladas o “pobres” (en donde las necesidades humanas básicas no están cubiertas), son principalmente zonas tropicales o subtropicales. Hasta un 70% de la varianza en tasas de crecimiento entre países se explica por una sola variable exógena: la latitud.
La cuestión a plantear es si al margen de todo lo que consideramos que influye en una economía (la acumulación de capital, la productividad, la tecnología, la educación…) no habría una parte de ésta que viniese determinada por la geografía, como una potente restricción, casi insalvable, de la naturaleza.
Para el análisis, vamos hacer 3 diferenciaciones por zonas, en La Tierra.
Desde la que va de la línea del Ecuador, hasta los trópicos (zona cálida). De la que va, de los trópicos hasta los círculos polares (zona templada). Y de los círculos polares hasta los polos (zona fría).
Dentro de los grandes conjuntos de climas, identificamos en la zona tropical: el clima propiamente tropical, caluroso y húmedo y el clima seco, desértico.
En la zona templada, el clima propiamente templado, algo más frío, lluvioso y húmedo y el clima continental, frío y seco. En la zona fría del planeta se halla el clima polar. También es considerable el clima de montaña.
Este análisis omite algunos antiguos “patrones de desarrollo”, como podían ser, en la antigüedad, la proximidad a unas tierras fértiles o a un río. Estos “patrones de desarrollo” eran los que se dieron en la época del Antiguo Egipto, o Grecia, en el que la civilización se veía sustentada exclusivamente por la agricultura, y por ello, un mayor rendimiento de ésta suponía una relativa mejor calidad de vida, y una mayor natalidad.
Por ello es, que mientras duró este “patrón de desarrollo”, los grandes imperios se dieron en torno a grandes ríos, como el Nilo, el Éufrates, el Tigris, el Amarillo, el Wei, el Yangzi, el Pearl o el Mekong.
Por lo señalado, los países con condiciones más propensas a conseguir el desarrollo serán Norteamérica, Europa, Asia Central y Japón, en el hemisferio norte.
En el hemisferio sur, el Conosur, el Sur de África, y Oceanía.
Y resulta evidente actualmente, que las zonas más desarrolladas del planeta, precisamente son esas y que, casualmente o no, están muy lejanas al Ecuador.
El siguiente gráfico, muestra la distribución de la renta, en términos per cápita, según la latitud.
A nivel europeo esta situación lleva siendo siglos siendo una realidad. En el sur de Europa, la productividad de la tierra era mucho menor, ya fuera por la técnica o por los cultivos, que en el norte. Fue en el norte de Europa donde se empezó a “fraguar” la revolución industrial (aunque de este asunto no quiero entrar en detalle), o al menos, se empezó a buscar mayor productividad a los cultivos, de la tierra y de los factores.
No sólo a nivel internacional. A nivel interterritorial se cumple muchas veces, lo mismo que ocurre a nivel mundial. De esa manera, el norte de los EE.UU siempre ha sido más “rico” que el sur… debido a que en el norte se encuentran las grandes factorías del país. En el caso de España ocurre algo similar: donde se inicia la industrialización es en el norte del país (Cornisa Cantábrica y Cataluña), mientras que la escasa industria que surge en el sur, es desbancada, derrotada, y luego, Andalucía se reconvierte a la actividad agraria. Los mayores PIB per cápita en España, se hayan en CC.AA del norte al igual que las menores tasas de desempleo –Cataluña y País Vasco-. Pero si nos vamos al hemisferio contrario, ubicamos que las mayores riquezas se hayan, más al sur. Así, Sudáfrica concentra 1/3 del PIB de toda África. Las principales ciudades de Australia (Sidney, Canberra, Brisbane, Perth o Adelaida), también se encuentran, más al sur que al norte de este país.
La zona más meridional de América, Chile, Argentina y Uruguay, destacan por su nivel de IDH alto,y su desarrollo, muy superior que el resto de países latinoamericanos, de clima subtropical o tropical.
Como apreciarán en el siguiente mapa, las zonas de clima templado, pintadas en amarillo suave, y las zonas de clima continental, pintado en verde más claro, recogen todos estos lugares que acabo de mencionar. Claramente, las zonas en amarillo suave, y en verde claro (zonas templadas), son esos lugares con mayor prosperidad en cuanto a “bienestar”.
Mapa de los principales climas del planeta.
Es destacable que las zonas de mayor prosperidad coinciden con los climas templados y continentales
(pintados en amarillo suave y verde)
(pintados en amarillo suave y verde)
Las sociedades “más atrasadas” comparten algunas características, que son importantes destacar. Una de ellas es que no han completado, o ni siquiera han iniciado, su revolución industrial y/o tecnológica, impidiendo la acumulación de capital. Debido a que éste no es acumulado, su potenciación o su mejor aprovechamiento –es decir, su productividad- pasa a un segundo plano, y tampoco es optimizado. Otra de ellas es su ubicación en zonas tropicales o subtropicales. ¿Puede tener algo que ver estas dos características?
Ya en la antigüedad se caracterizaba el entorno geográfico y el clima, con un determinado modelo político, propiciando así, una situación económica.
Lo que pretendo señalar, es que no debemos caer en desconsideración de este asunto por el hecho que no sea medible cuantificablemente. Tampoco por el hecho de suponer que es meramente “determinismo geográfico”, ya que países como Taiwán identificaron el problema, y diseñaron programas sociales y poblacionales para “romper con el ciclo”.
Ya Aristóteles sostenía que en las zonas montañosas y estériles se tendía a sistemas democráticos, y en las zonas fértiles, a sistemas aristocráticos. Esto, lógicamente, tenía unos efectos a la hora de organizar los factores productivos, y tenía unos resultados económicos.
S. Al Andalusi, un sabio juez árabe que ejerció en Toledo durante el siglo XI, también había clasificado a los pueblos del mundo, según los habitantes de las zonas: templadas (donde decía que era una cultura que fomentaba la ciencia y el desarrollo), como los persas, judíos, árabes, egipcios o hindúes. Habitantes de zonas frías, como “rubios y estúpidos” ya que el sol tenía poca actividad y los habitantes de zonas cálidas, como “negros y tontos” debido a la excesiva exposición al sol. Su análisis, incluía una consideración racial… pero es otro ejemplo de cómo la geografía y la sociedad tienen una repercusión clave en el desarrollo y en el crecimiento económico.
I. Khaldun, sabio árabe del siglo XIV, negaba la diferenciación económica por raza, religión o cultura, ya que pensaba que todo esto venía causado exclusivamente por el clima, que sometía al individuo y todas sus relaciones.
Khaldun, aseguraba que las razas no eran del todo determinantes, ya que éstas consiguen adaptarse con cierta facilidad al clima, y su siguiente generación ya se encuentra totalmente adaptada.
EVIDENCIAS (Ejemplos)
Pero es que el desarrollo no se mide, simplemente, según se satisfagan más o menos necesidades humanas. Las sociedades “muy desarrolladas” pierden el interés por los bienes, y empiezan a demandar más servicios, de todo tipo y para todos los gustos.
Las empresas que venden bienes, conscientes de eso, deciden innovar para desarrollar bienes con mayor atractivo, con mayor componente tecnológico o que puedan “engatusar” mejor al cliente. Pero no consideraría que una sociedad que tiene más móviles táctiles, por ejemplo, es más desarrollada que otra que no los tiene. En la selva africana, dudo que sean de utilidad ese tipo de bienes pero el agua, la luz o el alcantarillado, si es cuantificable para el desarrollo, ya que universalmente es positivo para cualquier pueblo.
Una vez aclarado “prejuicios” del desarrollo vamos a analizar algunos aspectos de los distintos países por latitud. Los aspectos a analizar serán: % de cada sector económico sobre el PIB total, % de los agentes económicos sobre el PIB total, esperanza de vida al nacer, IDH, GINI, Mortalidad infantil y pobreza (menor a 2US$ PPA)
Los países son elegidos por latitud y por criterios comparativos.
Así, de la zona tropical elegimos como muestra a Ecuador, a Indonesia y a Guinea Ecuatorial (éste último, el país con MAYOR RENTA PER CÁPITA de África)
De la zona templada/fría elegimos a Nueva Zelanda, a Sudáfrica, a Chile (por hemisferio sur) y a Italia, a Canadá y a Japón (por hemisferio norte)
De esa manera, haciendo una observación por países, llegamos a las siguientes conclusiones:
Los países ubicados en la zona tropical mantienen unas elevadas tasas de empleo en el sector primario, ya que éste aun continúa siendo un sector importante en sus economías. En el caso de Indonesia, esta situación es aún más evidente, alcanzando casi al 40% de la población activa. La industria, mantiene empleados en torno a la mitad de personas que el agro, es decir, en torno al 15 – 25% según sea el país, aunque esta cifra, no es realmente importante ya que, muchos países, no han iniciado el proceso industrializador, o por recomendaciones Occidentales, han prescindido de él para empezar ya con la comercialización. Otras características importantes para la credibilidad del análisis son: un IDH medio o bajo, una pobreza (personas con menos de 2US$/día) considerable, una esperanza de vida, notablemente menor a la de países en latitudes más lejanas al Ecuador y, sobre todo, las migraciones netas. El abandono de su país, por parte de una persona es seguramente la decisión más difícil que tenga que tomar… y no será definitiva, al menos, que su país no le ofrezca grandes perspectivas. Los países tropicales, tienen un saldo migratorio neto negativo, de manera, que nos sirve como evidencia clara para un problema de desarrollo humano.
Los países ubicados en la zona templada o fría, ya sea en la zona norte o sur del planeta, tienen en común: unas reducidas tasas de empleo en el sector primario (torno al 3 – 10%), unas moderadas tasas en empleo del sector secundario -torno al 20 – 30%- (por lo general, mientras mayor sea ésta, mayor desarrollo habrá…) y unas altas tasas de empleo al sector terciario, siempre superiores al 65%, al menos. Por lo general, la pobreza (personas con menos de 2US$/día) es residual o poco extendida, los IDH o la esperanza de vida, son considerablemente mayores y la mortalidad infantil es un fenómeno “más raro”. Las migraciones netas aquí también jugarán un papel clave para el apoyo de la tesis, ya que los países en zonas templadas y frías son grandes receptores de personas de otros lados (y como hemos visto, de personas de las zonas tropicales o subtropicales). Incluso Chile o Sudáfrica, países no desarrollados, tienen un saldo migratorio positivo, es decir, entra más gente de la que sale… y con diferencia. El caso de Sudáfrica sería muy importante a señalar, ya que su IDH o algunos de sus indicadores, son muy atrasados, y aun así, sus flujos de recepción son muy altos.
Por tanto, queda invalidado en cierta medida, el argumento de que los países del sur son pobres, y los del norte, ricos. Mas bien, “los del Ecuador” suelen ser más pobres, y los templados y fríos más ricos.
Lo que si resulta innegable, es el desajuste que tienen las economías del sur, como la desigualdad, que fomenta una economía dual y un peligroso desafío de futuro.
Lo que si resulta innegable, es el desajuste que tienen las economías del sur, como la desigualdad, que fomenta una economía dual y un peligroso desafío de futuro.
Mapa de Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Mientras más verde, más desarrollo humano.
Mientras más negro, menos desarrollo humano.
Por lo general, las zonas ecuatoriales tienen menor
desarrollo humano.
Mapa de la desigualdad en ingresos.
Mientras más verde, mayor igualdad
Mientras más negro, menor igualdad.
En este caso, se muestra claramente, como los países del
sur (incluida la próspera Australia), tienen una desigualdad "grave" entre
su población, lo que crea un futuro incierto a estos países
¿CUÁLES PUEDEN SER LOS EFECTOS SOBRE LA ECONOMÍA?
Ya los conquistadores europeos tenían consciencia de los efectos del clima sobre la economía, y sobre las personas, principalmente.
De esa manera, las colonizaciones desde el siglo XV hasta el siglo XX se basaron en dos métodos, dos sistemas, para dos tipos de situaciones distintas. Las colonizaciones en “economías comunitarias” de zonas templadas se hicieron en toda regla, con el traslado de personas para ese fin, ya que las zonas eran hóspitas y prosperas. Las colonizaciones en zonas tropicales o subtropicales (lo que se han llamado “economías tributarias ricas”) se hicieron con mucha precaución, y la mayoría de casos, sus condiciones climatológicas, y en conclusión, su entorno tan diferente hicieron que la colonización se hiciera a un lado, y se procurase la explotación económica, con mano de obra nativa.
Uno de los efectos claves para el crecimiento económico es la acumulación de capital.
La zona templada es una zona ideal para el fomento de esta acción, y es que la existencia de estaciones a lo largo de la humanidad, ha motivado el ahorro (que, actualmente, siempre se identifica a la inversión y en última instancia a la acumulación de capital) y todo tipo de planificación. La época invernal, se caracteriza por la escasez de los recursos, o la dificultad de su obtención. Ante esto, las personas desarrollaron el sentido del ahorro, de la prevención, de la planificación del futuro, de la conservación y de la inversión sin siquiera darse cuenta… es puro instinto de supervivencia, cuyo legado nos llega en los genes a día de hoy. Todas estas aptitudes han fomentado, lógicamente, el crecimiento económico.
En contraposición, los países tropicales o subtropicales sufren algunas condiciones muy considerables, desde el punto de vista económico. El calor extremo, la ausencia de lluvias, o su torrencial presencia (y por tanto, la aridez de la tierra o su excesiva lixiviación) favorecen la aparición de todo tipo de condiciones adversas. En este entorno los bienes (como los alimentos) son más perecederos que en las zonas más frías, ya que el calor o la humedad los deteriora con mayor facilidad, pudriéndolos y dando facilidad a la aparición o acumulación de plagas o enfermedades que no desaparecerán con una helada o una nevada, ya que éstas no se dan en estas latitudes.
J. Diamond se suma a este discurso, en donde dice que la presencia de estos parásitos o enfermedades persistentes (como el mosquito Anopheles que transmite la malaria) dañan y parasitan al ser humano, truncando en parte, su capacidad de establecer sociedades y economías exitosas.
En climas cálidos, el sistema tiene más entropía. Los recursos duran menos y necesitan mayores cuidados: ejemplo de ello son los alimentos, la mantención de los cultivos, las carreteras y caminos, etc. Todo esto, genera una mayor necesidad de reposición de capital, y por tanto, más capital para la constante reposición, y al final, una menor utilidad de éste, que reduce la velocidad de desarrollo económico frente a economías de clima templado.
Y no sólo desde la oferta, sino también desde la demanda tiene efectos el clima y la geografía.
Enlazando esto con el principio, las personas variarán sus gustos, necesidades y aspiraciones según su entorno y su clima. Los modelos económicos, o el neoliberalismo, no tienen en cuenta esto, ya que consideran a todas las personas iguales.
Por tanto, los incentivos, los programas, todo, debe ser replanteado y “personalizado”.
Como evidencia a esto, hay que tener presente la necesidad de mantener al cuerpo en funcionamiento, o el equilibrio homeostático. En países tropicales éste equilibrio (el mantener al cuerpo en su temperatura de funcionamiento y en buenas condiciones) se obtiene con menor aportación calórica, con menor esfuerzo, con menores prendas o con alojamientos más simples. En países más fríos, es lo contrario, por lo que parece lógico pensar, que los modelos ni pueden ser universales, ni las necesidades homogéneas (para más información sobre este tipo de “teorías” véase fisioeconomía).
Por tanto, la demanda de alimentos, vestido o alojamiento, son una diferencia considerable entre zonas del planeta.
Países como Brasil, Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong o Malasia, entre otros, identificaron las limitaciones que les ofrecía la tropicalidad de su clima y su situación e invirtieron en salud, planificación familiar o desarrollo no agrícola. Esto puede suponer una de las claves de su éxito.
En conclusión, las variables “últimas” de crecimiento económico son las mayores condicionantes de una economía, y sus efectos son silenciosos pero determinantes. En la ubicación y la corrección de los efectos adversos que genera el clima y la geografía, pero también la “imposición” de modelos lejanos, está la clave del éxito en cualquier país.
NOTA: El documento trae adjunto una hoja de Excel donde se recogen los datos sobre cada país, así como su leyenda.
FUENTE: Elaboración propia a partir de datos del Banco Mundial, de UNICEF, OMS, PNUD, Geografía descriptiva, Anaya (MªConcepción Muñoz Delgado) y discusiones y opiniones en “SD”